El árbol dibuja su última sombra
sobre una cálida tarde;
duermen los luceros aventajados de siempre,
esos que ríen y nunca envejecen,
condenando los oscuros caprichos
de las emociones.
sobre una cálida tarde;
duermen los luceros aventajados de siempre,
esos que ríen y nunca envejecen,
condenando los oscuros caprichos
de las emociones.
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